La Revolución francesa fue un
conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que
convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de
Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el
Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como
Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón
Bonaparte en 1799.
Se dice que ahí termino la edad moderna porque empezaron a formarse las estructuras políticas y económicas contemporáneas, es decir, las que siguen vigentes en nuestros días: capitalismo, democracia, cultura modernista/individualista. La revolución francesa marco final del Antiguo Régimen: gobernado por la nobleza y con una económica feudal basada en la propiedad de la tierra y con una cultura totalmente dominada por la religión cristiana. Con la Revolución Francesa, la burguesía se hizo con el poder político, la economía se oriento decididamente por el capitalismo y la cultura se secularizo (aparto de la religión).
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la Edad Moderna y la Edad contemporanea, pertenecen al mismo proceso histórico, el de la Modernidad, iniciada en le renacimiento y la Reforma Protestante.
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